Enfermedades, Prevención, Zona Porcino
Cómo mantener la poliserositis bajo control
La poliserositis es una inflamación generalizada de las serosas corporales (pleura, pericardio, peritoneo) que se caracteriza por la presencia de abundante fibrina. Se trata de un síntoma clínico característico en determinadas infecciones bacterianas, como aquellas provocadas por las bacterias Glaesserella parasuis y Streptococcus suis, aunque otros patógenos menos conocidos también pueden estar implicados y jugar un importante papel, como es el caso de Mycoplasma hyorhinis.
Un 87,5 % de los casos de poliserositis estaban causado por más de un agente bacteriano*.
La mayoría de estas bacterias son colonizadores primarios en las granjas porcinas de nuestro país, actuando cuando la inmunidad de los lechones flaquea, normalmente en el momento en el que los anticuerpos traspasados por su madre a través del calostro descienden y los anticuerpos propios todavía no se han generado en número suficiente, ya sea por un pobre encalostramiento, por una alta tasa de reposición, por co-infecciones víricas… Se genera así lo que se denomina “ventana de inmunidad”, quedándose el lechón susceptible a estos patógenos. Si no se han tomado medidas para evitar las infecciones, o si estas fallan por algún motivo, las poliserositis son un problema que ocasiona grandes pérdidas económicas ligadas a:
- Un incremento de las bajas.
- Un incremento de lechones retrasados.
- La disminución de los parámetros productivos.
Pero ¿por qué pueden fallar las medidas tomadas para evitar la aparición de un problema de poliserositis?
- Por existir resistencias a los antiinfecciosos empleados.
- Por tratarse de un patógeno frente al que el antiinfeccioso usado no tiene espectro de acción (esto suele pasar con M. hyorhinis).
- Por coexistir a su vez otros patógenos que potencian el efecto de las bacterias que están creando el problema de poliserositis (por ejemplo, el virus PRRS, la bacteria Bordetella bronchiseptica…).
- Por aplicar una dosis incorrecta del antiinfeccioso. Esto puede ocurrir, ya no por un fallo humano en la aplicación, sino por tratarse de cerdos enfermos que tienen reducida su cantidad de ingesta y bebida, resultando submedicados.
Un diagnóstico certero para un correcto tratamiento
En los últimos años, se ha detectado un incremento del número de casos clínicos de poliserositis porcina, así como un incremento de la dificultad para su control. Entre las posibles causas se encuentran:
- Se ha comprobado que la poliserositis es un proceso multi-etiológico. Un estudio* demostró que el 75 % de los casos estaban causados por más de un agente bacteriano.
- Puede haber patógenos involucrados que habitualmente no se han tenido en cuenta, como es el caso de Mycoplasma hyorhinis, que se aisló en un 60 % de los casos estudiados en pulmón y en un 43 % en la articulación*.
- Se detectó lesiones en el cornete nasal, en el 73 % de los animales, muy probablemente ligadas a una alta presencia de Bordetella bronchiseptica*.
Conscientes de esta problemática, Zoetis, en colaboración con el laboratorio OvisLab, pusieron en marcha “Diagnóstico del Complejo de la Poliserositis Porcina”, un proyecto nacional con el que ahondar en la etiología de esta enfermedad y en la búsqueda de una optimización de su control.
¿Las ventajas? Tomar decisiones basadas en evidencias. Por todos es sabido que para lograr el éxito en el tratamiento es fundamental conocer de primera mano a qué nos estamos enfrentando. Así, el servicio especializado de diagnóstico frente a las poliserositis permitirá:
- Conocer mejor la realidad de las granjas.
- Utilizar las medidas correctas en base a evidencias.
- Optimizar el tratamiento.
¿Quieres saber más? Si tú también buscas tener bajo control los problemas de poliserositis en tu granja, contacta con Zoetis en: https://www.zoetis.es/servicios-porcino/proyecto.aspx
*Estudios de campo realizados entre los años 2013 y 2016 en España con más de 80 granjas en los que la medicación habitual vía oral frente a la poliserositis no funcionada adecuadamente.