El esfuerzo y constancia del porcino por un uso responsable de antibióticos obtiene grandes resultados
El sector porcino, siempre a la bandera de este tipo iniciativas y como muestra de su gran compromiso con la salud de todos, inició un programa voluntario para reducir el consumo de algunos de los antibióticos más críticos (categoría B). Así, en 2016 se puso en marcha el primer programa REDUCE, un acuerdo al que se adhirieron en total más de 230 empresas productoras del sector, que representaban al 90 % del mismo, con el objeto de reducir el consumo de colistina, y controlar el de neomicina y apramicina.
Una “lucha” nada fácil, dado el amplio uso de estos medicamentos por en el ganado porcino (más del 80 % de las polimixinas eran empleadas por este sector). Sin embargo, seis años después, ha quedado de manifiesto su tremendo esfuerzo y trabajo, habiéndose conseguido una reducción de casi el 100 % (98,88%) en el uso de colistina y convirtiéndose en un ejemplo internacional de buenas prácticas. De hecho, en el año 2020, las ventas de polimixinas fueron de un 0,58 mg/PCU, mientras que la media europea es de 2,48 mg/PCU.
Pero el sector no se queda satisfecho, necesita seguir aportando a esta causa. De esta forma, el PRAN (Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos), impulsor de estas iniciativas, ha lanzado un nuevo reto al porcino: la reducción general de todos los antibióticos, y más concretamente, de aquellos que se emplean en mayor medida. Vistos los resultados de estos años atrás, la tenacidad y constancia del sector volverán a hacerse notar con seguridad.
Un esfuerzo colectivo para un mejor futuro
Además de la normativa de obligado cumplimiento, y las directrices europeas marcadas desde la Comisión en el marco del nombrado “Acuerdo Verde” (Green Deal), son muchas los proyectos que han surgido a lo largo de estos años para trabajar conjuntamente por un uso responsable de los antibióticos.
DISARM, “Difundiendo soluciones innovadoras para el menos de la resistencia a los antibióticos”, es un ejemplo de colaboración entre ganaderos de todas las especies, así como veterinarios, académicos e industria en general diseñado para aliviar la amenaza de la resistencia a los antibióticos mediante la difusión de buenas prácticas y enfoques efectivos. Así, DISARM, que se lanzó en 2019, reúne a las partes interesadas del sector ganadero para identificar, compartir y difundir ideas establecidas e innovadoras que actuarán como un catalizador para mejorar la salud animal. Una amplia colaboración europea en la que se encuentra involucrada la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor).
Otro de los proyectos más destacados es AVANT que, financiado con fondos europeos, desarrolla alternativas a los antimicrobianos para la gestión de las infecciones bacterianas en cerdos. Además de otras plataformas europeas como EPRUMA, para el uso responsable de medicamentos veterinarios, o la que podría ser su versión a nivel nacional promovida por Veterindustria, Vetresponsable.