Prevención de riesgos laborales en granjas de porcino
El sector porcino es uno de los más profesionalizados en el ámbito ganadero, pero las granjas muestran todavía una amplia variabilidad en procedimientos y automatización. Esto supone también condiciones singulares en lo que a riesgos laborales se refiere. Como sector esencial, resulta clave asegurar el trabajo de ganaderos, veterinarios, técnicos y demás operarios involucrados en el trabajo diario de una granja. Y, para ello, es de gran ayuda contar con una fuente de información sobre la prevención de riesgos laborales adaptada a las particularidades de las granjas de porcino.
Una necesidad que se ha visto resuelta con el impulso de Zoetis para editar el primer manual de prevención de riesgos laborales en granjas porcinas y que ha recibido el apoyo del Ministerio de Agricultura y de Anprogapor. Redactado por la empresa MAS Prevención, este manual pretende cubrir ese vacío existente hasta el momento para garantizar con detalle la integridad y salud de los trabajadores de las granjas porcinas.
Una señal inequívoca del compromiso de Zoetis con el sector porcino, aportando a la industria innovadores herramientas de valor añadido de gran utilidad para facilitar el desempeño de su actividad diaria, al mismo tiempo que se promueve su competitividad, crecimiento y rentabilidad. Este manual es una muestra más de la profesionalidad, la capacidad de resiliencia y adaptación y el espíritu de mejora continua que caracterizan al sector porcino.
Cómo abordar los riesgos en el trabajo
La Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales señala como principal objetivo de una granja o empresa evitar los riesgos. Para aquellos que no se pueden evitar, será necesario evaluarlos a través de una metodología que se basa en la probabilidad de que ocurra el accidente y en las consecuencias que pueda acarrear este. Una vez evaluado, es cuando se proponen una serie de medidas preventivas, de mejoras o procedimientos de trabajo que deben cumplir los trabajadores para controlar esos riesgos.
La ley también indica como aspecto clave tratar de combatir los riesgos en origen. Por ejemplo, evitar trabajos de soldadura en espacios o ambientes con riesgo de atmósfera explosiva, como puede ser, en el caso de una granja, cercano a un silo. Si esto no es posible, se deberá aspirar la zona, limpiarla, humedecerla y crear un procedimiento de trabajo adecuado (extintores, personal formado en atmósferas explosivas, equipos adecuados, señalizar la zona…).
La normativa también contempla la adaptación del trabajo a las personas, es decir, a cada tipo de trabajador, para reducir los efectos de las distintas tareas sobre su salud. Hay trabajadores “sensibles” que por sus características personales o estado biológico puede presentar algún tipo de patología o discapacidad física, sensorial, etc. Frente a esta tipología de trabajadores, la ley específica que se deben adaptar los trabajos a la situación de cada individuo.
Otro aspecto fundamental para tener en cuenta es la evolución de la técnica, es decir, el avance de la tecnología. Por ejemplo, sustituir los esfuerzos manuales por maquinaria o tecnología que los eviten, siempre y cuando sea posible. También se menciona la sustitución de aquello que suponga un peligro, por lo que entrañe poco o ningún peligro. Por ejemplo, en el uso de productos químicos, elegir aquellos con menor toxicidad.
Además, es importante contar con una planificación de la prevención: un plan de formación y acciones para controlar los riesgos. Este plan debe ser un documento vivo en el que se planteen fechas previstas para las acciones, presupuestos y responsables (personas o departamentos).
Por otra parte, se deben adoptar medidas en las cuales se anteponga la protección colectiva frente a la individual. En este sentido, los denominados EPIs (equipos de protección individual) son la última barrera para prevenir el riesgo, ya que antes debe darse prioridad a la protección colectiva. Así, en una granja, será preferible instalar una barandilla en un silo para evitar el riesgo de caída en altura, antes que un arnés anticaída que disminuiría las consecuencias, pero no evitaría el accidente.
Por otro lado, es clave dar instrucciones correctas a los trabajadores: tienen que conocer los métodos de trabajo, las medidas preventivas, los equipos de protección individual que deben usar, así como los procedimientos que deben conocer para trabajar con seguridad.
Los empresarios tienen la obligación de asegurar todos estos aspectos, pero los trabajadores también deben colaborar con los empresarios de manera que, si detectan algún riesgo potencial, deben comunicarlo inmediatamente a la empresa.
Principales riesgos en las granjas
En el caso particular de una granja de porcino, estos son los principales riesgos que destacar:
- Accidentes causados por seres vivos: pisotones, golpes, mordeduras…
- Caídas: desde el mismo o distinto nivel, caídas de objetos en manipulación… La limpieza periódica será clave para evitar caídas en el mismo nivel. También será importante usar un calzado adecuado, entre otras medidas.
- Choques, golpes, cortes, pinchazos…
- Atrapamientos: cuando una parte móvil de una maquinaria no consta de la protección necesaria.
- Proyección de partículas: partículas en suspensión o proyección de partículas que requieren gafas o pantalla de protección facial.
- Contactos eléctricos.
- Atropellos, conducción de maquinaria móvil…
- Atmósferas explosivas: se genera cuando hay un gas inflamable, pero también con materias en suspensión.
- Espacios confinados: silos o lugares donde haya deficiencia de oxígeno o gases acumulados.
- Manipulación y almacenamiento de productos químicos.
- Mercancías peligrosas.
- Agentes biológicos: principalmente las zoonosis. Como medidas preventivas es esencial la higiene personal (lavado de manos, ducha después del trabajo, limpiarse antes de comer/fumar…), así como las medidas de higiene y desinfección de los lugares del trabajo, y la vacunación.
Para más información, accede aquí al seminario de formación sobre Prevención de Riesgos Laborales en granjas porcinas que se impartió en el marco del proyecto Ganadería en Femenino de Zoetis de la mano de Ignacio Egea, técnico de prevención en MAS Prevención.
Si estás interesado en obtener el manual de prevención de riesgos laborales en granjas porcinas contacta con el equipo comercial de MAS Prevención o Zoetis.