Relevancia clínica y económica de mycoplasma hyopneumoniae
La infección respiratoria provocada por Mycoplasma hyopneumoniae (Mhyo) continúa siendo muy estudiada en la producción porcina después de décadas. Este microorganismo es un componente etiológico fundamental de dos procesos patológicos de gran importancia que afectan a la industria porcina: la neumonía enzoótica y el Complejo Respiratorio Porcino (CRP).
Una de las características definitorias de los micoplasmas es la ausencia de pared bacteriana. En consecuencia, estas bacterias son resistentes a los beta-lactámicos, cuyo mecanismo de acción se basa en interrumpir la síntesis de la pared bacteriana1; pero existen otros antibióticos, como las tetraciclinas y los macrólidos, para hacer frente a estos patógenos2. Además, precisamente debido a esa ausencia de pared bacteriana, los micoplasmas son sensibles a las condiciones ambientales extremas y a los desinfectantes, aspectos estos relevantes para su control.
Mhyo coloniza el tracto respiratorio del cerdo, provocando una pérdida de la motilidad de los cilios y de la integridad de las vías bronquiales. Persiste en las vías aéreas y crea una población de animales infectados y asintomáticos que seguirán infectando al resto. El efecto grupo (o efecto granja) consiste en episodios recurrentes de neumonía enzoótica o CRP cuando hay otros patógenos involucrados3. La neumonía enzoótica en estos animales se caracteriza por una tos seca, no productiva, respiración dificultosa y una lesión neumónica muy familiar para los productores de porcino.
¿Consecuencias? La disminución de la ganancia media diaria (GMD) y una mayor oportunidad de coinfección con otros patógenos respiratorios, dando lugar a casos de CRP4,5.
- Reducción de la tasa de crecimiento en los cerdos afectados en un 16 %6.
- Empeorar un 14 % el índice de conversión (IC)6.
Adicionalmente, la infección por Mhyo suele cronificar, debido a que:
- Mhyo tiene la habilidad de alterar la respuesta inmune del cerdo. Hay estudios que demuestran que, en cerdos infectados por Mycoplasma, sus macrófagos activados por la infección tienen una marcada reducción en la capacidad de fagocitar otros patógenos secundarios7.
- Mhyo es capaz de evadir el reconocimiento celular inmune del cerdo, mediante la variación de la expresión genética de sus antígenos de superficie4,8.
- La respuesta inmune celular y humoral frente a Mhyo da una protección incompleta, permaneciendo en las vías áreas de los animales colonizadas4,9,10.
- De hecho, la infección crónica por Mhyo en forma de alta morbilidad y baja mortalidad se estima que afecta al 80 % de los cerdos a nivel mundial11.
Necesidad de una revisión con datos actualizados de Mycoplasma
La mejor forma de controlar la infección por Mhyo consiste en una combinación de optimización del manejo, mejora de la inmunidad de la granja y reducción de la carga patógena (prevención).
A pesar de la gran relación entre Mhyo y su principal manifestación clínica, la neumonía enzoótica, sigue habiendo lagunas en la comprensión de la enfermedad y su control, y han aparecido novedades en las estrategias de control y manejo que podemos estructurar en 5 pasos o fases:
- Establecimiento del estatus de la granja: con el objetivo de identificar áreas de mejora y otras que requieran mayor investigación.
- Diagnóstico: para determinar si Mhyo está provocando enfermedad en un cerdo en una población. En este sentido, las pruebas laboratoriales son esenciales para confirmar la presencia de Mycoplasma y descartar el papel de otros patógenos.
- Gestión de riesgos: siendo clave la buena aclimatación de las nulíparas para una gestión eficaz de Mhyo en granjas de reproductoras; y prestando también atención a los factores que afectan a la transmisión de Mhyo durante la fase de crecimiento y engorde.
- Medidas de control: bioseguridad, medicamentos, vacunas…
- Monitorización de las estrategias de intervención.
Estos cinco pasos se desarrollan con detenimiento en el Manual editado por Zoetis “Revisión actualizada de las estrategias de control de Mycoplasma hyopneumoniae” que ha contado con la participación de destacados expertos del ámbito académico, de la industria y la clínica porcina.
Para más información consulta a tu delegado de zona de Zoetis.
Referencias:
1.Razin S, Yogev D, Naoth Y. Molecular biology and pathogenicity of micoplasmas. Microbiol Mol Biol rev 1998;62:1094-1156. 2. Maes D. Mycoplasma hyopneumoniae infections in pigs: update on epidemiology and control. In: Proceedings 21st International Pig Veterinary Society congress, Vancoouver, Canada. 2010;30-35. 3. Peters M, Pijoan C, Fano E, et al. An assessment of the duration of Mycoplasma hyopneumoniae infection in an experimentally infected population of pigs. Vet Microbiol 2009;134:261-266. 4. Thacker E. Mycoplasmal diseases In: Straw BE, Zimmerman JJ, D’Allaire S, et al, eds. Diseases of swine, 9th ed. Oxford, UK: Blackwell Publishing Ltd; 2004:701-717. 5. Opriessning T, Thacker EL, Yu S, et al. Exprimental reproduction of postweaning multisystemic wasting síndrome in pigs by dual infection with Mycoplasma hyopneumoniae and porcine circovirus type 2. Vet Pathol 2004;41:624-640. 6. Pointon AM, Byrt D, Heap P. Effect of enzootic pneumonia of pigs on growth performance. Aust Vet J 1985;62:13-18. 7. Caruso JP, Ross RF. Effects of Mycoplasma hyopneumoniae and Actinobacillus (Haemophilus) pleuropneumoniae infections on alveolar macrophafe functions in swine Am j Vet Res 1990;51:227-231. 8. Wise KS, Kim MF. Major membrane Surface proteins of Mycoplasma hyopneumoniae selectively modified by covalently bound lipid. Ja Bacteriol 1987;169:5546-5555. 9. DeBey MC, Ross RF. Ciliostasis and loss of cilia induced by Mycoplasma hyopneumoniae in porcine tracheal organ cultures. Infect Immun 1994;62:5312-5318. 10. Sibila M, Bernal R, Torrents D, et al. Effect of sow vaccination against Mycoplasma hyopneumoniae on sow and piglet colonization and seroconversion, and pig lung lesions at slaughter. Vet Microbiol 2008;127:165-170. 11. Rautiainen E, Virtala AM, Wallgren P, et al Varying effects of infections with Mycoplasma hyopneumoniae on the weight gain recorded in three different multisource fattening pig herds. J Vet Med B Infect Dis Vet Public Health 2000;47:461-469.