Manuel Toledo Castillo, Prevención
PRRS: ¿vacunar o no vacunar, es esta la cuestión?
Como primera aproximación, resulta importante diferenciar claramente la vacunación en cerdas reproductoras y la vacunación en lechones, aunque en ciertos momentos habrá que realizar la vacunación en las dos poblaciones. Debemos tener claro que la vacunación es una herramienta más en el control de la enfermedad y en muchas ocasiones no será la más importante. NO podemos hacer un abordaje al control de la enfermedad sin tener en cuenta los puntos críticos de manejo.
- Adaptación y aclimatación de las nulíparas a la explotación.
- Flujo de los animales; no mover animales de más edad hacia los más jóvenes (minimizar la cantidad de nodrizas y reducir el movimiento de lechones).
- Aplicar el protocolo vacunal de las cerdas, y especial vigilancia a la vacunación de las futuras reproductoras.
La enfermedad en la explotación suele tener un alto impacto, por la pérdida de productividad y por el alto coste económico que lleva asociada:
- Los lechones nacidos vivos bajan, debido a un incremento muy importante de los nacidos muertos
- Los cerdos destetados bajan debido no solo al incremento de nacidos muertos, sino también al incremento de las bajas en lactación. Además, la calidad de los lechones al destete disminuye y compromete el desarrollo en las siguientes fases de producción.
- Descenso de la tasa de partos por el incremento de abortos. Esto tiene un gran coste en días perdidos en la explotación.
Gráfico 1. Pérdida de productividad en una explotación de reproductoras y su recuperación.
Calculo día perdido
La productividad media de la explotación/365 días, nos dice la productividad diaria por cerda y día. El resultado se multiplica por el coste de un lechón. Ejemplo; 28 lechones destetados por cerda y año/365 = 0,076 (productividad diaria)
0,076 x 25 euros coste lechón = 1,9 euros por día perdido
Vacunación en lechones
La vacunación en lechones es la siguiente herramienta a usar para el control de la enfermedad para las fases 2 y 3. La estabilidad se alcanzará en primer lugar en las cerdas y en segundo lugar en los lechones, ya que cuando tenemos un brote de PRRS en la fase 1, normalmente se acompañará de muchos problemas sanitarios en la fase 2:
- Incremento de los procesos neurológicos, (meningitis y artritis).
- Incremento de los procesos de diarrea persistente.
- Incremento de los lechones que se retrasan por su poco consumo de pienso en transición en la primera semana.
Esto se debe a que en los sistemas actuales de desmedicalización, nos quedan contadas herramientas para evitar las grandes pérdidas que sufriremos en fase de transición y engorde.
Al igual que en la fase de reproductoras, la vacunación frente a PRRS en lechones requiere otras medidas de manejo para el éxito del programa. Por lo tanto, el abordaje debe ser integral y comprometer a todo el mundo, dejando claro que al igual que vacunamos, el resto de acciones son igual o más importantes:
- Manejo todo dentro todo fuera; no dejar lechones hacia atrás para intentar recuperarlos. Los lechones tienen que pasar a la siguiente fase con las mayores garantías de que su comportamiento productivo será el adecuado
- Si tenemos transiciones en ciclos continuos, en la cual conviven más de 4 semanas de edad, intentar establecer un sitio externo. El objetivo será reducir la convivencia de diferentes edades en la misma nave (un cebadero se puede adaptar fácilmente en verano, y se acompañará de cañones de calor en invierno).
“La vacunación es una herramienta más de todas las que estamos empleando. Nos ayudará a estabilizar la sanidad de los lechones en transición, y conseguir cebaderos sanitariamente más controlables”.
Principales conclusiones sobre la vacunación de PRRS
- En granjas de reproductoras es una herramienta en el control, pero no la única; la adaptación de las nulíparas y el control del movimiento de los animales, junto a la limpieza y desinfección, no deben fallar para el éxito de la vacunación.
- En lechones, siempre debe de considerarse una medida puntual, con el objetivo de estabilizar la población y minimizar el impacto productivo que tiene PRRS en la fase de transición. Instaurar medidas de manejo:
- 2.1 Evitar mezclar en la misma nave más de tres semanas de edad, porque si tenemos muchos rangos de edad en el mismo edificio, se incrementa el riesgo a perpetuar la infección.
- 2.2 Evitar mover lechones retrasados con más edad hacia los de menos edad, ya que ya que podemos infectar siguientes lotes negativos.
- La vacunación de PRRS debe ir acompañada de la monitorización diagnóstica mediante el uso de PCR sobre lenguas (de nacidos muertos y bajas de lactación). Este sistema está dando buenos resultados y permite detectar prevalencias de infección muy bajas.
- A diferencia del protocolo vacunal de PRRS en las reproductoras, la vacunación de lechones debe ser una medida puntual y puede ser retirada cuando consigamos estabilizar la población.